| Descripción |
El Museo Cerralbo conserva cuatro pequeños lienzos de similares dimensiones y de formato ochavado, inventariados con los números VH0033, VH0034, VH0035 y VH0036, pintados al óleo sobre lienzo, de un mismo maestro. Se trata de un conjunto de cuatro escenas con perspectivas arquitectónicas de carácter clasicista, poblados con grupos de figuras que escenifican, a modo de episodio, cuatro martirios de época paleocristiana, que se pueden identificar con los sufridos por Santa Margarita, Santa Águeda, Santa Cristina y Santa Lucía. Sus respectivos martirios se localizan en un escenario de arquitecturas erigidas junto a un embarcadero. Se trata siempre de un litoral costero, que se puede relacionar, al menos en la escena del martirio de Santa Cristina, con el de Nápoles. Luis Gordo Peláez reconoció en su monografía sobre ese conjunto en el fondo de la escena la Torre di San Vincenzo, que se alzaba en la costa de Nápoles próxima a las naves del arsenal de la ciudad.
Las cuatro escenas representan siempre edificios porticados de dos plantas, con órdenes clásicos, y ventanales, que están cubiertos con toldos de rayas azules y blancas, desde los que se asoman personajes. Gordo Peláez reconoció también los tipos de navíos, en la mayoría galeones, que podían emplearse para fines militares y mercantes. Entre las banderas que ondean desde sus mástiles se distingue la roja con la media luna, es decir la otomana, pero también la holandesa, que aparece con frecuencia en la pintura de marinas de la pintura holandesa del siglo XVII.
Los cuatro cuadros corresponden a la tipología pictórica de las perspectivas arquitectónicas, conocidas como «vedutas» o «vistas», que representan lugares concretos o combinan vestigios de diferentes sitios en un «capricho» arquitectónico, a menudo con figuras pequeñas, envueltas en episodios anecdóticos. Algunas vistas del conjunto parecen «caprichos», con monumentos influidos por tratados de arquitectura clásica, como el de Vitruvio. En ese tipo de pintura, surgida en el siglo XVII, se especializó un ejército de pintores, siendo los más conocidos, por ejemplo, Viviano Codazzi y en el siglo XVIII, Gaspar Van Wittel, apodado «Vanvitelli», Giovanni Paolo Panini, Antonio Canal, conocido también como el «Canaletto», Bernardo Belloto o Marco Ricci.
El conjunto fue descrito por Juan Cabré, de acuerdo con las antiguas atribuciones, como obra de la escuela italiana de Panini. La directora del museo, Consuelo Sanz Pastor, los registró en 1953, sin embargo, como obras atribuidas a Vicente Giner, discípulo de Codazzi. No obstante, la calidad de las pinturas apenas corresponde con la minuciosidad magistral que caracterizan las pocas obras conocidas de ese pintor originario de Castellón, fallecido en 1681 en Roma. Gordo Peláez propone, por cautela ante los evidentes problemas estilísticos, que se trata de un autor anónimo de la escuela italiana del siglo XVII. La presencia de las banderas holandesas nos hace pensar, sin embargo, que tal vez tengamos que buscar al autor entre el círculo de pintores holandeses venidos en el siglo XVII a Italia.
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